Hay una leyenda urbana que se ha convertido casi en una verdad para mucha gente. Se trata de si se puede beber alcohol antes y después de hacerse un tatuaje.
Beber alcohol antes de hacerse un tatuaje
La duda es clara: ¿corremos algún riesgo al beber alcohol antes de de tatuarnos?
Habitualmente, quien te vaya a hacer el tatuaje te recomendará que no consumas alcohol unas 24 horas antes del trabajo. Si tomas una copa de vino o una cerveza, por ejemplo en la comida, no tiene porqué pasar nada. Pero la cosa es distinta si tomas en exceso. Veamos las posibles consecuencias.
El alcohol diluye la sangre
Está comprobado que consumir alcohol conlleva una leve dilución de la sangre durante un corto período de tiempo. Depende de cuánto alcohol tomes, pero incluso cantidades que consideramos pequeñas producen este efecto en la sangre.
Evidentemente, no te vas a desangrar o dejarás de coagular la sangre por hacerte un tatuaje tras una ingesta de alcohol. Pero hay algunos inconvenientes importantes que debes tener en cuenta.
Cuando la sangre contiene un nivel de alcohol más alto de lo habitual, esta saldrá con más facilidad tras el efecto de la aguja durante el tatuaje. Esto repercutirá en la visibilidad que tenga el tatuador. Y si quieres que salga perfecto el tatuaje, seguro que no deseas esto, ¿verdad?
Cuando se está tatuando, la zona afectada se irrita y el cuerpo bombea más sangre hacia allí. Si la sangre está más diluida, hay más posibilidad de dilución de la tinta al mezclarse con la sangre. Esto produce el efecto negativo de que el tatuaje se vea desgastado y sin suficiente color.
Después de que el tatuador haya terminado, es conveniente dejar pasar también un par de días antes de tomar alcohol de forma habitual, por el mismo motivo de que la zona necesita recuperarse y cicatrizar con normalidad.
Negativa del tatuador
Evidentemente, un tatuador no querrá realizar un mal trabajo por culpa de que el cliente haya tomado alcohol. Por eso se asegurará de que no lo hagas. La mayoría rechazarán el trabajo si sospechan que te hayas intoxicado, aunque sea con un poco de alcohol.
Si se da el caso, esto puede generar inconvenientes a los tatuadores, porque el alcohol desinhibe a las personas y las vuelve más irascibles. Por lo que la situación se puede agravar ante la negativa del profesional.
Estado de ánimo
Cuando bebemos alcohol nos da más sueño, nuestros reflejos disminuyen y estamos más inquietos. Eso no hará que aguantemos mejor la sesión. Imagina estar peleando por mantenerse en pie por culpa de la resaca y, al mismo, tiempo aguantar el dolor y quedarnos totalmente quietos. Es muy difícil.
Así que la recomendación que te damos desde nuestro estudio de tatuajes en Pamplona es no tomar nada de alcohol unas 48 horas antes y después de la realización del tatuaje, si quieres que todo vaya bien y se quede un trabajo bien hecho.